María de los Ángeles Santana: El rostro más conocido por generaciones de cubanos

Si nos referimos a las grandes artistas cubanas, es inevitable mencionar a una de las más excepcionales: La vedette María de los Ángeles Santana. Sin lugar a dudas, su rostro ha sido uno de los más conocidos y queridos por generaciones de cubanos.

María de los Ángeles Santana Soravilla: Un ícono del arte cubano

María Santana fue una de las fundadoras de la televisión cubana, donde destacó en programas musicales, series, novelas y programas humorísticos. Su personaje Remigia en el programa «San Nicolás del Peladero» se volvió muy querido por su humor desbordante, y trabajó en él durante 24 años consecutivos, demostrando su conexión y cariño con el público cubano.

María de los Ángeles Santana Soravilla fue una destacada actriz, cantante y vedette cubana, cuya trayectoria artística dejó una extensa huella en el teatro, cine, radio y televisión. Nacida el 2 de agosto de 1914 en La Habana, pasó su infancia en diversas provincias cubanas. Desde temprana edad, su familia la introdujo en el mundo de la música, y posteriormente, estudió canto con renombrados maestros como Juan Elósegui y José Ojeda. Además, recibió clases de guitarra del maestro González Rubiera, Guyún.

Foto archivo: RHC

Su debut en el cine tuvo lugar en 1930, y seis años más tarde, como soprano, se presentó en el Teatro Nacional bajo la dirección de Ernesto Lecuona, quien le dio a conocer algunas de sus más famosas creaciones musicales. En 1942, María conoció a Julio Vega, uno de los propietarios de la primera CMQ, y un año después, se casaron.

El talento de Santana no se limitó a Cuba; entre 1943 y 1945, realizó su primer viaje a México, donde actuó en el Teatro Lírico y participó en películas junto a destacadas personalidades como Jorge Negrete, Pedro Infante y Mario Moreno (Cantinflas). Su versatilidad y proyección escénica recibieron elogios, lo que la llevó a viajar a los Estados Unidos para presentarse en salas de teatros y conciertos.

En 1948, regresó a Cuba y se presentó en el Teatro Payret interpretando zarzuelas y operetas del repertorio español. Un año después, en 1951, formó parte de la Compañía de Ópera dirigida por Manuel Poza en España, donde estrenó la Revista Tentación, que cautivó al público durante los siguientes cuatro años.

Su talento trascendió fronteras, y fue invitada por Manuel de Molina a París, donde actuó en el Teatro Olimpia junto a famosas personalidades artísticas de la época como Josephine Baker, Maurice Chevalier y María Félix. De regreso a Cuba en 1958, María de los Ángeles Santana continuó su carrera en televisión, ofreciendo recitales, conciertos y participando en películas y comedias junto a destacados artistas como Rita Montaner y Mario Martínez Casado.

Foto archivo: RHC

A lo largo de su carrera, María de los Ángeles Santana nunca se desvinculó del teatro cubano, dejando su huella en obras como «Un sorbo de miel,» «Algo no dicho,» «La verbena de la paloma,» «Tía Meim» y «Una casa colonial,» en la que interpretó el protagónico de Amparo bajo la dirección de Nicolás Dorr, estableciendo un fuerte vínculo con el público joven.

El legado artístico de María de los Ángeles Santana es recordado con cariño por el público cubano. Su versatilidad, carisma y talento la convirtieron en una actriz y cantante sumamente querida y respetada. Después de una extensa y fructífera carrera, María falleció en La Habana el 7 de febrero de 2011, a la edad de 96 años.

María de los Ángeles Santana Soravilla dejó un legado imborrable en la cultura cubana y sigue siendo recordada con cariño y admiración por su público y colegas. Su talento, carisma y dedicación a las artes escénicas la convierten en una figura representativa del arte cubano del siglo XX.

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