Cubanos se unen para ayudar anciana ucraniana abandonada

En un despliegue de fraternidad y solidaridad, un grupo de ciudadanos en Holguín, Cuba, se han volcado a ayudar a Alla Alexandrova Skripnichenko, una nonagenaria de origen ucraniano que vive en un estado de abandono y carencia.

Skripnichenko, de 96 años, se sostiene gracias al apoyo incondicional de otro anciano, Daniel Pérez, quien, movido por la compasión, ha asumido la responsabilidad de su cuidado. Sin embargo, en estos días, la escasez es tal que en ocasiones no tienen qué comer. Ante esta situación, los residentes de Holguín han decidido intervenir, organizando colectas a través de las redes sociales para proveer alimentos, ropa e incluso pañales para la anciana.

Fer Díaz, una emprendedora local, tomó la iniciativa en Facebook para solicitar ayuda, preguntando cómo o dónde podría contactar a las personas que se ocupan de Skripnichenko. Adriana Silva, una joven solidaria, se presentó como la coordinadora de las donaciones y desde entonces ha compartido imágenes de los aportes realizados para la anciana.

«Pueden comunicarse conmigo en el 58105170», indicó.

La historia de Skripnichenko es conmovedora. Conocida como «Ala la Rusa», reside en la Calle 6ta, entre 10 de octubre y 24 de febrero, en el distrito de Harlem. Llegó a Cuba desde Kiev en 1961 y dedicó su vida al servicio de la salud, atendiendo a niños en el policlínico Máximo Gómez. A pesar de su importante contribución a la sociedad, hoy lucha por sobrevivir con una pensión de apenas 1,200 pesos al mes.

«Es muy poco dinero», lamentó Pérez, su cuidador. «Un almuerzo cuesta 700 pesos. Tenemos que pedir ayuda en la calle. Algunos días ni siquiera comemos», agregó.

Pérez recuerda el día en que encontró a Skripnichenko viviendo en la calle. «Gracias a Dios la encontré. Me ocupo de su cuidado, de su higiene. Si no la hubiera acogido, habría muerto. Necesita asistencia especial. Imagina dejar tu país, venir a trabajar aquí y no recibir atención», reflexionó.

La agencia de noticias CubaNet ha dado a conocer la historia de Skripnichenko, atrayendo la atención de la opinión pública. Mientras los actos individuales de generosidad son de vital importancia, la situación de Skripnichenko también pone en relieve el papel crucial que deben desempeñar los gobiernos e instituciones en garantizar que nadie, en su vejez, quede abandonado a su suerte.

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